domingo, 24 de diciembre de 2017

Rafael Franco, de la Orquesta Cánaro

Por Felipe Soutinho (socio del C.I.H.F.).

Rafael Franco Reyes nació el 17 de junio de 1923 en Catamarca. Empezó a jugar en Newell's Old Boys, teniendo como compañero a Mario Morosano, quien lo siguió hasta la primera rojinegra como insider izquierdo. Franco actuaba como eje delantero. La quinta y cuarta lo contaron como capitán y obtuvieron el título. A los dieciséis años lo llamaron a cubrir un claro en el primer equipo del Parque Independencia. “Faltó el centre forward Gómez y lo suplí contra Argentino. Ganamos por seis a cero y marqué uno. De ese partido no me olvidaré nunca. Yo, tranquilo, ese domingo me había ido al cine. Daban una de cowboys, de muchos tiros, y más dieciséis años ardían en deseos de ver cómo el muchachito bueno, al final, salvaba a la chica y vencía al antipático. Tempranito saqué la entrada y me senté. ¡Tragedia, mucha tragedia!... Cuando iba a empezar la sección de la de tiros, un dirigente de Newell's llega apurado y me dice: «Che, pibe, vení a la cancha. Gómez no puede jugar, y tenés que sustituirlo». El asunto era en serio y la palabra del directivo me merecía confianza. Salí del cine regañando por no ver a mi cowboy preferido, y en la cancha me colocaron entre Ballesteros y Fabrini Esa fue lo más notable de mi debut. ¡Me hizo perder una cinta macanuda!...”.

Jugó en 1939 y 1940 en Newell's, con un paso por Nacional de Montevideo en 1939, cuando jugó dos partidos en primera división. El primero, el 13 de abril, un amistoso, en Asunción contra Cerro Porteño, con un empate a 3, formando en esa oportunidad Nacional con E. García, Vasconcellos y Holanda; Bauhoffer, Galvalissi y Gambetta; E. Castro, Franco, H. Castro, Barboza y Olano. Un equipo de alternativa. El segundo, el 18 de junio, otro amistoso, este jugado en el Estadio Municipal Casto Martínez Laguarda de la ciudad de San José, Uruguay, enfrentando a Central de dicha ciudad; no empezó como titular, ya que sí lo hizo Ciocca, pero fue su segundo y último partido jugado ese año en el primer equipo, donde consiguió convertir su único gol. Resulta curiosa esa estadía de Franco en Uruguay, puesto que jugó en Newell’s en las primeras fechas de 1939 (hasta la 4ª fecha, jugada el 9 de abril), luego hay un bache y vuelve a jugar en NOB a partir de la 18ª fecha (23 de julio). Los dos partidos por Nacional encajan en el hueco que hay en su trayectoria en el equipo rosarino.

En 1941 lo prestaron a River Plate. Salieron campeones en la segunda división, luego de una magnifica campaña. En aquel entonces, Franco estaba en el apogeo de su carrera. Sin embargo, no pudo tener peor experiencia con los millonarios, ya que uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, “el Charro” Moreno, le cerró las puertas de la titularidad. Sin esperanzas de jugar asiduamente y entendiendo que Moreno truncaría su progresión, Rafael Franco abandonó River. “Fui suplente de Moreno y sólo en una oportunidad pude integrar el primer tin millonario, contra Estudiantes de La Plata, y ganamos 1 a 0. Después quisieron adquirirme a Newell’s, pero yo no acepté. Me faltaba la oportunidad y ansiaba el triunfo. En un año sólo uno vez había podido jugar en el tin superior riverplatense”.

Volvería a las filas tricolores del Nacional de Montevideo en 1942, cuando este equipo seguía arrasando en el medio local. Debutó en el Torneo Competencia el 21 de junio frente al Montevideo Wanderers, en una victoria 4 a 3. El 4 de julio por el Torneo de Honor, jugó en la victoria 4 a 2 frente a Sud America. El 12 de julio por el Torneo de Honor, marca sus primeros goles –¡cuatro!- en la goleada a Defensor por 10 a 1.

El 18 de julio por el mismo Torneo de Honor, en un empate 3 a 3 con Racing Club de Montevideo marca su último gol. Su último partido, es el 26 de julio por el Torneo de Honor frente a Rampla Juniors en una victoria 1 a 0. Resumiendo, en el ’42 jugó 5 partidos oficiales y marcó 5 goles. Me enrolé en Nacional de Montevideo y ganamos el certamen de primera. Jugué ocho partidos en el tin superior, y le llevaba tres goles a Atilio García cuando, contra Racing, me lesioné y no pude actuar más”. Ese mismo año volvió a Newell’s Old Boys, desde donde pasó a Chacarita Juniors en 1944.

En setiembre de ese año pidió pase de Chacarita para el Racing uruguayo. Su siguiente etapa como jugador fue en México, en el Club Marte. En el Marte anotó 7 goles durante la temporada 1945-46 y 11 en la de 1946-47.

En agosto de 1948, Rafael Franco cambia de continente y emprende el camino contrario a la mayoría de los emigrantes al dirigirse a Galicia, al Deportivo La Coruña. En La Hoja del Lunes, el periodista deportivo “Maratón” manifiesta su admiración por Franco: “¡Magnífico interior!, sabe ocupar su puesto, sube y baja, pasa la pelota con exactitud y precisión, crea peligro... ¡y marca muchos goles!”.

Llega a La Coruña con la carta de libertad en el bolsillo y causa una excelente impresión en su primera aparición, un encuentro amistoso contra el Ferrol. Por cierto, su compatriota Rafael Ponce también jugó aquel partido. Ambos futbolistas ficharon por tres años. El presidente deportivista Daniel Chaver promovió entonces una campaña entre los socios y la hostelería local para afrontar estas contrataciones en base a una suscripción popular. Como la recaudación resultó espléndida, el Deportivo incorporó a dos jugadores más, el interior Juanete y Cheché Martín, que daría un gran resultado, procedente del Angers francés.

En la campaña 49/50, el Deportivo consiguió el primer subcampeonato liguero de su historia a las órdenes del entrenador Alejandro Scopelli. Uno de los partidos más importantes que se celebraron durante el transcurso de esa temporada coincidió con el disputado en el estadio de Balaídos el 12 de marzo de 1950. El Deportivo venció 2 a 3 al Celta. En aquel derbi se descubrió a un Rafael Franco excepcional. Franco puso el broche de oro a una actuación memorable al lograr el tanto del triunfo cuando faltaban dos minutos para el final. El equipo ficha a otros dos argentinos, Corcuera y Oswaldo, que integrarán la delantera titular de estos años junto a Franco, Moll y Tino: cuatro sudamericanos y un coruñés, que el periodista Ponte Patiño bautizó ingeniosamente como “Orquesta Canaro”, mítica delantera Deportiva de mediados de siglo. Esta delantera marcó, en la temporada 50-51, 64 goles en 30 partidos. Eran los comienzos de lo que entonces se llamó la "década de oro" del Deportivo y que se prolongó hasta el 57.

Fue el primer delantero centro del deportivo que comenzó a jugar retrasado, al modo y manera que hizo Di Stefano años después, lo cual no le quitaba para marcar numerosos goles, siendo varias temporadas el máximo goleador del equipo. A los ocho meses de estar en el Deportivo quiso ficharlo el Atlético de Madrid ofreciendo 700 mil pesetas y dos jugadores, pero el club coruñés no aceptó. Fue un gran especialista en el lanzamiento de penaltis, cuya técnica había aprendido de su maestro argentino Héctor Scarone. Rafael Franco fue un artista del balón: daba gusto verle llevar la pelota pegada al pie y era capaz de driblar en línea recta a 4 o 5 adversarios antes de marcar. Como no era muy corpulento, utilizaba los codos para hacerse paso entre los contrarios. Ésta era, según reconocía, una buena forma de aprovechar su corta estatura.

El “mago argentino” -como se le conocía en La Coruña- terminó su carrera en el Deportivo en el año 51-52. Salió del Deportivo en esa temporada para militar en el Valladolid y el Ferrol. Esta fue su campaña española: Deportivo de La Coruña: 1948/49 (23-14), 1949/50 (25-14), 1950/51 (26-14); Real Valladolid: 1951/52 (6-0).


En 1962 fue entrenador de la selección venezolana que jugo el campeonato mundial de Chile. Creó una escuela de futbolistas y fue presidente de la Asociación de entrenadores de Venezuela, así como profesor de técnica y táctica. Posteriormente volvería a España entrenando al Ciudadela y al Ferrol. El 25 de octubre de 1997, antes del inicio del encuentro que La Coruña empató 1-1 con el Celta de Vigo en el Estadio Municipal de Riazor, se guardó un minuto de silencio en memoria de Rafael Franco, ex futbolista del Deportivo, que falleció ese día.

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