viernes, 24 de febrero de 2017

La decadencia del fútbol… Ya se lo decía en 1919 y 1920.

Recopilación a cargo de Edgardo Imas (Buenos Aires, Argentina), socio del CIHF.
 
Selección de respuestas de los lectores de "Atlántida" (octubre de 1919 - febrero de 1920)
Se observa en el ambiente footballístico un desaliento general y ello se deduce, a mi modo de ver, de lo siguiente: Cuando un elemento se destaca por la conciencia de su juego, recibe ofertas para jugar por tal o cual club; este jugador sabedor de que su juego es solicitado, se ofrece a varios a la vez, para entregarse al mejor postor. De ello resulta que el jugador pone empeño en su juego a medida que éste es retribuido en la forma que se haya convenido; si esta retribución deja de hacerse efectiva, el jugador cesa en la bondad de su juego y espera la terminación del año para incorporarse a otro club que llene sus aspiraciones. De más está decir cómo jugará el resto del año en el club que le ha sido ingrato en sus aspiraciones. “Un espectador”.
 
Nuestro football ha decaído por culpa exclusiva de la Asociación Argentina al permitir la afiliación de clubs que no tienen personería jurídica. “Un letrado”.
 
La compra y venta de jugadores, por parte de los miembros dirigentes de los clubs, que no quieren perder dos puntos. “Un jugador que se vendió”.
 
A los jueces incapaces. “Ex banderita”.
 
Porque debe decaer, puesto que es un sport que tiene por principio la grosería. “C. P.”.
Porque se hizo de él no un sport ni un medio de cultura física, sino un simple y escandaloso negocio. “Pichulo Bock”.
 
Desearía saber qué club, de primera división, no tiene profesionales. “Dirigente”.
 
Que se lo digan el presidente y el tesorero de mi club, quienes antes de pasar a ser dirigentes, eran unos verdaderos “pobres diablos”… ahora han progresado mucho. Hasta uno de ellos piensa comprarse un auto. “Nosé Porqué”.
 
Las carreras, plaga social, es una de las mayores culpables, hacia el difundido deporte. Hay quien se entusiasma por las patas de un caballo y mira con desprecio las habilidades de otras “patas”, las que dan el triunfo connacionales (sic) en match internacional. “Un anti-carrerista”.
 
Años atrás, se lamentaba el no poder ir a presenciar una partida interesante; hoy todo lo contrario: se lamenta el que el football lleva lo mejor del día festivo, no pudiendo dedicar este tiempo a las matinees, los cabarets y el café. ¡Cómo cambian los tiempos! “Hacia atrás”.
 
Creo que la decadencia del notable y viril deporte débese únicamente a los dirigentes de los clubs, pues éstos con el fin de ganar “títulos” protegen al profesioalismo y por esto degenera el deporte.
“Amateur”.
 
Causa del poco interés que se toma por el foot-ball el público actual es el incremento de otros deportes, como ser el remo, la natación, el tennis, el cricket, que por ser nuevos “arrastran” espectadores novedosos, pero esto pasará, pues estos deportes no están al alcance de todos los bolsillos, y el foot-ball, con unos níqueles, se puede pasar una tarde agradable, llena de emociones, al presenciar unos de esos match (sic) que hacen época. “Un futurista”.
 
A la falta de tino de los falsos dirigentes, que jamás se preocuparon del sport por el sport, sino por los beneficios pecuniarios que los cargos que ocupaban les proporcionaban. “Un ex wing derecho de San Lorenzo de Almagro”.
 
A la falta de intervención policial en los escándalos que se producen en ciertos fields por parte de los espectadores y miembros de las comisiones locales al ver que sus favoritos no pueden aportar un triunfo más para el club. “Ver y creer”.
 
Cuando el profesionalismo hoy encubierto sea un hecho, el football será en nuestro país lo que hoy es en Inglaterra: escuela de hombres fuertes. “Atleta”.
 
El caos que reina en el seno de las comisiones dirigentes. “Jugador de 1919”.
Al favoritismo. Hoy, al formar un team, se tiene en cuenta la amistad y no el jugador. De aquí las malas combinaciones, los disgustos y los fracasos. “Jugador desengañado”.
No es el football el que está en decadencia; son los jugadores. “Convencido 26”.
 
Si quieren suicidarse, que le pregunten a Gradin y a otros “tigres” uruguayos si el football ha decaído. “Referee de 2ª”.
 
Se debe la actual decadencia de ese sport tan saludable y varonil a que muchos prefieren hoy, en vez de cultivarlo y hacer por que se propague, el lustrarse las uñas, peinarse con goma e ir a pasear por Florida. “Criticón y con motivo”.
 
El football argentino no decae; lo que ocurre es la evidente desorientación entre las autoridades que lo rigen y el profesionalismo existente en la mayoría de los clubs. En aquellos teams que no hay profesionales, hay entusiasmo y se juega por amor al sport, tanto en la victoria como en la derrota. 

Prueba de ello es el club Atlanta. “E. J. Turón”.
 
El profesionalismo es el llamado a terminar con este estado morboso por que atraviesa el football. Cuando éste sea un hecho, el noble deporte volverá por sus fueros. “Profesional”.
La complacencia de muchos “hinchas” hacia los jugadores que componen los cuadros inferiores de ciertos clubs, pues al terminar un match donde fueron victoriosos, salen en pandilla a recorrer la ciudad en autos, como si fueran salvajes. “D. J. P.”.
 
Debe atribuirse la decadencia actual a la mala organización interna de los clubs; hay algunos de estos que todos los miembros que los dirigen son doctores que del football no conocen nada más que las fracturas, lesiones y quebraduras; miembros tienen estos clubs que sin ostentar títulos doctorales podrían dirigir sus destinos con mejor acierto. “Un centenario”.
 
Cuando las autoridades municipales intervengan en las boleterías de los clubs que cobran entradas en sus campos de deportes, fijando un precio ecuánime que llegue a todos los bolsillos, obteniendo por su parte los beneficios que la ley le acuerde, entonces veremos de nuevo resurgir el football. “Un concejal”.
 
Las mamás, las hermanas, las esposas y las prometidas, es una de las causas culpables del mal momento que atraviesa el football. “Hijo, hermano y esposo consecuente”.

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